viernes, 21 de noviembre de 2008


Hundir mi lengua en las profundidades de tu cuerpo y sentir cómo nos lastimamos; arrancarte tus sueños a pedazos con mis uñas, golpearte en la boca del estómago con toda mi furia; ver alucinados cómo el sol emerge incandescente sobre la fría madrugada, resbalar entre tus piernas abandonándome a tus arañazos, a tus mordiscos, a tus apretadas caricias; destruirnos, desarmarnos, acabarnos, sólo eso quisiera.

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