No me inquieta si te vas sin mirar a tu espalda, o si le das
tregua a tu recelo durmiendo conmigo. Nuestras noches son una estación entre
dos vías paralelas, alumbradas por la luz amarillenta del hastío.Me quedo en vos
como en una habitación de hotel, te quedás en mí como debajo de un balcón hasta
que pase la lluvia. Así nos queremos, con la gratitud e ingratitud de los
refugios transitorios.
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