sábado, 19 de mayo de 2012



No me inquieta si te vas sin mirar a tu espalda, o si le das tregua a tu recelo durmiendo conmigo. Nuestras noches son una estación entre dos vías paralelas, alumbradas por la luz amarillenta del hastío.Me quedo en vos como en una habitación de hotel, te quedás en mí como debajo de un balcón hasta que pase la lluvia. Así nos queremos, con la gratitud e ingratitud de los refugios transitorios. 

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