De las sombras dormidas emerge una voz
un susurro anhelante y dolorido
y suplica
y grita
y su voz hiere el aire callado
y quién podría responder?
Si el llamado ya atravesó el mundo
y lo estremeció
y las palabras están de más
vuelve lentamente al sopor
intenta olvidar el dolor
y el grito sigue rasgando la noche fría y azul
Una y otra vez, desesperadamente
y a su grito se une otro
y otro
y otro
y otro
y ya son miles de voces clamando
y el cielo se tiñe de rojo
y el hielo arde
y el grito sólo suena
cuando se convierte en una marea de aullidos
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