¿Por qué? No soporto que me esquiven, ya no lo soporto más. ¿Desde cuándo? ¿Yo qué sé?
Ahora sí me importa, odio encontrarme otra vez en este círculo del que nunca puedo salir. ¿Para qué me hablan, me confiesan secretos, me llaman, me escuchan, si van a dar vuelta la cara y acá no pasó nada? Si van a volver a su mundo armadito de todos los días, a olvidarse de nada que no sea interesante y perfecto y descomunal, pero que no tenga ni una gota de mí. Soy un respiro cuando ya no lo soportan, echan un vistazo cuando la vista se les cansó de tanto gris. Porque a mí no se me escapa que también se sienten como yo, pero se lo guardan bien guardado en algún lugar remoto y lo van a visitar de vez en cuando. ¿Se les ocurrió alguna vez que alguien que se desangra para explicarles su locura, sus miedos, sus sueños, esperaría tal vez lo mismo de ustedes? No se les ocurre, porque soy puta de una hora, soy una cogida rápida cuando no aguantan más. Bueno, ahora soy yo la que no aguanta más.
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