viernes, 29 de mayo de 2009

Otra vez puedo llegar entre aullidos, gargantas ásperas y acordes brutales al rincón altísimo y falso en que las malditas bocas divinas sueltan como vómito su verdad ya masticada. Puedo dejar que las canciones y los libros hablen por mí, puedo castrarlos lentamente con una sonrisa en los labios y usar sus taparrabos para cubrir mi desnudez gris, mi desnudez de escultura de molde. Me destroza por dentro, no quiero dejar aquí palabras sobre que la gente habla y habla, de cómo me dejaste tirado, rompecorazones...,que abusas de mi amor mil veces, por más que me esfuerce. No soporto tu manera de aprovecharte...¡Pero qué lleno, qué lleno que tengo el corazón de frases hechas!

2 comentarios:

Javier dijo...

No llueve eternamente.

Eva dijo...

¿pero la lluvia es siempre la misma?