miércoles, 30 de abril de 2008

Hasta el fondo


Debajo de toda esta telaraña espesa hay arañazos melancólicos, hay años y años suburbanos y gotas de alegría que se escurren por el cuerpo, y los ojos de uno están vueltos hacia adentro, hacia abajo con el cielo oscuro y la luz que se filtra en el corazón, la verdad es cruda y hoy no se grita, hoy se murmura y late en los rincones ardiendo en carne viva.
Un cohete al espacio no es huir, es ir a buscar porque hace falta enceguecerse para ver, hay que sentir cómo el suelo lastima y para eso hace falta arrastrarse sin asco y recibir la sonrisa irónica del idiotizado público. Los nervios de papel no sirven aquí y de todas maneras nunca se ven, a otra cosa mariposa y a hablar de lo que importa, de tus ojos de bestia herida y de todo lo que pasaste, no vas a perderte por una cosa así, no tiene sentido, a la vida hay que romperle los brazos y agarrarla por el cuello, hay que arrancarle las tripas y comérselas. Hay que viajar al centro de la tierra y dormir al calor del fuego; hay que acechar la noche en las esquinas y oler el miedo de las calles. Hay que saltar sobre el mundo y apoderarte de todo lo que encuentres.

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